La organización de las rutinas diarias que se instauran en los primeros años de vida, tienen por finalidad realizar un ajuste en la vida del niño o niña para que pueda asimilar con mayor facilidad responsabilidades, de igual modo, se crean con la intensión de fortalecer habilidades sociales en sus contextos de interacción (González, 2011).
Para Doblas y Montes (2009) las rutinas pueden establecerse desde los tres años de vida de los niños, siempre y cuando se puedan respetar los hitos del desarrollo, por lo que se debe hacer una selección de actividades. Lo anterior no solo permite que se genere una organización del tiempo, si no situaciones de aprendizaje que pueden ayudar a los niños a fortalecer sus procesos de desarrollo no solo a nivel físico, sino también a nivel mental.
Contar con una serie de actividades organizadas de manera específica y que pueda conocer nuestros niños, ayudan a un proceso de autoregulación como tambíen de autonomía, por lo cual, se van desarrollando capacidades que pueden incidir en el mundo social del niño, como también en una capacidad única de reconocer su propia participación en la ejecución de ejercicios y actividades (Doblas y Montes, 2009).
Pero ¿cómo establecer una rutina adecuada para nuestros hijos e hijas? A continuación dejamos algunos tips:
Tu como padre o madre puedes realizar una construcción sencilla de una tabla donde se lleve el registro de las actividades que tus hijos deban realizar, pero si no conocer alguna, te presentamos un modelo que puedes tener en cuenta para la instauración de rutinas: