El desarrollo manual de un individuo evoluciona desde su nacimiento, en los primeros meses de vida está presente el reflejo de prensión palmar. Éste sucede cuando tocamos la palma de la mano de un bebé, y ésta se cierra de manera automática. Con los meses, este reflejo desaparece y el niño inicia una prensión de manera voluntaria hacia los objetos. Más tarde aparece la exploración, manipulación y por último la capacidad de usarlos. Teniendo en cuenta esto, debemos saber que para poder realizar escritura, deben haberse cumplido también unas etapas madurativas previas. Éstas son tanto a nivel de manipulación como de percepción y coordinación de nuestro cuerpo.
A continuación, nombraremos algunos de los requisitos previos necesarios para la realización de un correcto agarre del lápiz y la ejecución esperada para cada etapa.
CONTROL POSTURAL: Se trata de la capacidad que tenemos para mantener nuestra cabeza y tronco alineados, a la vez que nuestros músculos coordinados para poder mantenernos erguidos.
ESTABILIDAD: En tronco, hombros, codos, muñecas y manos. La fijación voluntaria de cada una de nuestras articulaciones y músculos en el momento adecuado es necesaria para poder realizar movimientos de coordinación y precisión.
TONO MUSCULAR ADECUADO: Muchos niños presentan alteración a nivel muscular (bajo o alto tono muscular), esto dificulta los movimientos precisos y el correcto control postural.
PROPIOCEPCIÓN: Informa a nuestro cerebro de la posición de cada uno de nuestros músculos y nos hace conscientes de nuestra posición en el espacio, además nos permite planificar los movimientos necesarios para ejecutar un movimiento.
COORDINACIÓN ÓCULO-MANUAL: Consiste en la capacidad de sincronizar el movimiento ocular con el manual. Por lo que debemos tener en cuenta la existencia de alteraciones visuales.
PROCESAMIENTO SENSORIAL: Se trata de la manera en que se integran los estímulos que nos rodean y la respuesta que se genera en base a éstos. Por lo que una alteración en el procesamiento táctil puede repercutir en la manera de realizar un correcto agarre, como por ejemplo, ejerciendo mayor fuerza o debilidad sobre el lápiz.
Además de estos requisitos, debemos conocer cuál es la evolución en la realización de pinzas digitales y las edades aproximadas en las que esto sucede:
AGARRE CILINDRICO: Aparece entre el año y año y medio. Se emplea toda la mano para sujetar la herramienta, y el movimiento procede de segmentos proximales (se mueve el hombro y el brazo para mover la mano). Se trata de un agarre estático.
AGARRE DIGITAL PRONADO: Aparece entre los 2-3 años. Los dedos sujetan la herramienta, el hombro comienza a ser más estable y entonces los movimientos proceden de segmentos más distales (codo y antebrazo). Se trata de un agarre estático.
PINZA CUADRÍPODE: Aparece a los 3 años y medio o 4 años. Los cuatro dedos participan en el agarre del útil. Ahora el movimiento procede de la muñeca y la mano, y hay mayor estabilidad de hombro y codo. Inicialmente es un agarre estático aunque puede evolucionar y convertirse en dinámico.
PINZA TRÍPODE: Aparece entre los 4 años y medio y se desarrolla y perfecciona hasta los 7 años. En ella participan el dedo pulgar índice y corazón. Inicialmente los tres dedos funcionan de manera unitaria, para posteriormente madurar hacia una pinza trípode dinámica.
https://entreteo.wordpress.com/2014/01/19/el-desarrollo-del-agarre-del-lapiz/https://neurorhb.com/blog-dano-cerebral/correcto-agarre-del-lapiz-ninos/